¿Qué son?
Básicamente se trata de un documento oficial emitido por un instalador electricista autorizado que certifica que una instalación cumple todos los requisitos para el suministro. Recoge sus características, la potencia instalada y la máxima admisible y garantiza la calidad de dicha instalación. Incluye un esquema y un plano de ubicación de los elementos instalados. Dicho de otra forma, es el sello de calidad que un profesional pone a una instalación eléctrica, acompañándolo de una especie de mapa/inventario de todo lo que ésta contiene.
¿En qué situaciones lo necesito?
Normalmente lo piden las distribuidoras, que tienen el registro de todos los certificados de instalaciones conectadas a sus redes. ¿Los motivos? Entre otros, que se quiera dar de alta un suministro, que la instalación tenga una antigüedad de más de 20 años, que la potencia solicitada supere la admitida, por un cambio de titularidad o por que haya habido un corte de luz por impago. Normalmente las comercializadoras informan al cliente en caso de que distribuidora pida el boletín. La vigencia del documento es de 20 años.
El resultado de la inspección que lleva a cabo el técnico puede resultar favorable, cuándo todo está correcto, o no inspeccionable, cuándo no se ha podido llevar a cabo la inspección de forma correcta. Para estos dos resultados se tardan de 2 a 5 días, pero para el tercer posible resultado, que sería inspeccionable, se ha de pasar a una empresa certificadora para que realice la inspección y en ese caso se tarda más en tener un resultado final.
A partir de ese resultado la distribuidora puede pedir que se hagan cambios en la instalación si lo cree necesario.
¿Cuánto cuesta?
No hay un precio standard aunque pueden encontrarse cantidades orientativas y formas de calcular el precio final. Depende de cada instalación y también del instalador o empresa que vaya a emitir el certificado. Los hay que sólo cobran las tasas propias del servicio y la mano de obra, otros incluyen otras variables.